En un universo alterno del béisbol, la derrota de los Yankees en la Serie Mundial dejó una atmósfera tan densa que parecía imposible respirar. El marcador ficticio de 5–3 frente a los Dodgers desencadenó una tormenta emocional sin precedentes dentro del equipo. La tensión llegó a su punto máximo cuando Juan Soto, estrella indiscutible en esta historia, irrumpió en la sala de prensa con el rostro endurecido y una mirada que anunciaba un terremoto.
Soto tomó el micrófono y, sin rodeos, lanzó una declaración que sacudió al mundo deportivo alternativo. En esta ficción, señaló directamente al manager Freddy Friedman —un personaje inventado para esta historia— como el principal responsable de la caída del equipo.
—“Nosotros dimos la batalla. Pero el estratega… él fue quien perdió esta serie.”
Sus palabras cayeron como un rayo, dejando a periodistas y fanáticos en un silencio absoluto.
El jugador explicó que, en este relato dramatizado, se había preparado durante semanas para este enfrentamiento final. Su frustración era evidente.
—“Entramos listos. Yo confiaba en la alineación que merecíamos… pero no en la que él puso.”
El comentario encendió inmediatamente las redes sociales del universo ficticio, desatando debates intensos sobre las decisiones tácticas de Friedman durante la serie.
Mientras tanto, en el vestuario imaginario, el ambiente se encontraba totalmente fracturado. Algunos jugadores intentaban calmar la situación; otros se mantenían en silencio, sorprendidos por la dureza de las palabras de Soto. Nadie recordaba una declaración tan explosiva por parte de una figura tan importante del equipo en esta versión alterna de los Yankees.
La prensa deportiva ficticia no tardó en describir esta ruptura como “el inicio de un nuevo conflicto interno”. Las imágenes de Juan Soto abandonando la sala de prensa sin mirar atrás fueron transmitidas una y otra vez, como si se tratara de una escena cinematográfica. La afición, conmocionada, exigía explicaciones inmediatas y ponía en duda el futuro del manager inventado.
La derrota no solo significó perder el campeonato en esta ficción, sino también un golpe directo a la moral del equipo. La frase final de Soto quedó marcada como un presagio oscuro:
—“Perdimos esta guerra… y ahora tendremos que esperar un año entero para tratar de recuperarnos.”
Con la temporada cerrada y la tensión en su punto más alto, el futuro de los Yankees de este universo imaginario pende de un hilo. ¿Seguirá Friedman? ¿Habrá reconciliación? ¿O la próxima temporada será el escenario de una revolución interna? La incertidumbre domina, y los seguidores permanecen en alerta máxima, esperando el próximo giro explosivo de esta historia.